Por: Alejandro López

Al calor de la lucha y en las peores circunstancias, Bolívar siempre encuentra en el futuro una posibilidad para la victoria. Mientras vive su primer exilio en la Nueva Granada, el 15 de diciembre de 1812 escribe el Manifiesto de Cartagena, donde señala que el futuro de la causa patriota está en Venezuela, cuna de la Independencia continental, y llama “a romper las cadenas de aquellas víctimas que gimen en las mazmorras, siempre esperando su salvación de vosotros; no burléis su confianza; no seáis insensibles a los lamentos de vuestros hermanos. Id veloces a vengar al muerto, a dar vida al moribundo, soltura al oprimido, y libertad a todos.” Pocos meses después será reconocido como El Libertador, en Mérida y Caracas, tras el triunfo de la Campaña Admirable.

Dos años después, derrotadas las fuerzas insurgentes de Venezuela y la Nueva Granada, en la Carta de Jamaica del 6 de septiembre de 1815, Bolívar vuelve a poner su confianza en el porvenir y asegura que …“las provincias americanas se hallan lidiando por emanciparse; al fin obtendrán el suceso; algunas se constituirán de un modo regular en Repúblicas federadas y centrales; se fundarán monarquías casi inevitablemente en las grandes secciones, y algunas serán tan infelices que devorarán sus elementos, ya en la actual, ya en las futuras revoluciones; que una gran monarquía no será fácil consolidar”… Una década más tarde, salvo Cuba y Puerto Rico, España había perdido todas sus colonias en América.

El 15 de febrero de 1819, Bolívar logra reunir al segundo Congreso venezolano y en el acto de instalación pronuncia el Discurso de Angostura; una propuesta constitucional para la necesaria unión de los pueblos americanos, en la que plasma un propósito que va más allá de su tiempo: “Volando por entre las próximas edades, mi imaginación se fija en los siglos futuros, y observando desde allá, con admiración y pasmo, la prosperidad, el esplendor, la vida que ha recibido esta vasta región (…) Ya la veo servir de lazo, de centro, de emporio a la familia humana…” Ese mismo año el Libertador comanda la campaña militar que expulsa a la monarquía de la Nueva Granada y crea la gran República de Colombia. En adelante, la liberación de Venezuela, Ecuador y Perú, entre 1821 y 1824, el nacimiento de Bolivia en 1825 y la instalación del Congreso Anfictiónico de Panamá en 1826, hacen posible la realización del proyecto bolivariano de igualdad, independencia y unidad continental; el mismo proyecto constitucional y popular del Comandante Hugo Chávez, por el que hoy luchamos, junto al presidente Nicolás Maduro, para seguir construyendo un futuro de victorias; un futuro de Patria.

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