Por: Carolys Helena Pérez González

Recuerdo la noche en la que, saliendo del Teatro Teresa Carreño, me senté a pensar en el llamado que había hecho el Comandante Chávez a cohesionar fuerzas para alcanzar un sólido bloque histórico de partidos. Recuerdo el llamado a la conformación de un único partido y el eco que hizo en mi cabeza la palabra cohesión, cohesionar, porque soy una apasionada del poder de las palabras, y por eso cada tanto me pierdo en la búsqueda de significados y significantes que materialicen el diálogo que hoy tenemos en nuestras vidas.

En ese poderoso viaje por las palabras y el contexto en el que la palabra cohesión quedó para siempre en mi memoria, recordé cuando Antonio Gramsci —quien luego inspiró al Comandante Chávez—planteó la conformación de una superclase política en la que se logre articular y cohesionar a diversos grupos sociales bajo su liderazgo, conformando un bloque histórico hegemónico, por encima de los intereses económicos de su clase, que también lograse integrar en sus acciones los intereses políticos, culturales e ideológicos de los grupos subalternos que la integran.

Cuando lo pensamos en frío, por más álgido que parezca el desafío, tiene todo el sentido cuando entendemos la profunda capacidad que tenemos al trabajar desde las fuerzas integradoras que nos permiten, además de alzar la voz en colectivo, amurallar esta fortaleza patriota que hoy mantiene de pie la Revolución, desde esta clase patriota con conciencia de su poder colectivo, una vez haya entendido que el viaje del no retorno empieza desde el reconocimiento de nuestras capacidades individuales, pues si bien Gramsci nos planteaba cohesionar desde los consensos, en esta nueva etapa histórica, aprendimos a generar cohesiones desde los disensos, con vista al futuro que nos conjuga en lo inmediato, pero que se hilvana de todos esos pasos que vamos dando desde las multitudes.

Me llama poderosamente la atención este concepto, pues nos permite entender al poder por encima de la dominación, pues el poder implica liderazgo y dirección, especialmente cuando entendemos la influencia que se gesta desde la formación de una ideología que destaque el valor de la cultura en la política y en la configuración de las relaciones de poder para lograr alcanzar verdaderas transformaciones sociales que sean sostenibles en el tiempo.

Nosotras y nosotros venceremos. Palabra de mujer.

 

Fuente: ultimasnoticias.com.ve

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