En el corazón de Venezuela, la celebración del Corpus Christi cobra vida con los Diablos Danzantes de Yare, una tradición ancestral que cumple 275 años y sigue trascendiendo en el tiempo. Estas máscaras y bailes, llenos de color y estampados floridos, visten los rostros de nuestra venezolanidad y nos recuerdan el orgullo que sentimos al ser esta costumbre Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad; son un símbolo de resistencia y lucha contra el mal, conectándonos con nuestras raíces y proyectándonos hacia el futuro.

La juventud venezolana encuentra en esta tradición una fuente de inspiración y orgullo. A través de la música, el arte y la danza, hombres, mujeres, niños y abuelos recorren las calles para honrar al Santísimo Sacramento, con la intención de que las próximas generaciones mantengan viva la cultura y nuestra identidad. Los Diablos Danzantes son un recordatorio de que el futuro se construye sobre los cimientos del pasado.

Los Diablos Danzantes de San Francisco de Yare, en el estado Miranda, son un legado invaluable donde promeseros y jerarquías de más de 2.500 cofradías hacen posible que esta tradición permanezca viva en el tiempo para recordarnos que el futuro está lleno de color, alegría y devoción a Venezuela.

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